La predecible vereda.
Mis pasos anunciados.
La rutina de los repetidos árboles,
alineados como herencia
de la memoria.
Vuelvo de algún lugar
donde la metamorfosis
se especializas en sueños;
voy-creo-a la casa
en la que presumiblemente vivo.
Encuentro la llave ritual,
que sin dificultad
introduzco en la cerradura
de una puerta
que se supone es la mía.
Sin embargo
desconozco el jardín
que en la oscuridad
me acecha,
donde una voz
pronuncia un nombre
que no es mío.
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