Se paga caro el ser inmortal.
Nietzche
Tatuado
por lo alto del día
y lo bajo de la noche,
el hombre se repite
como una prolongación
de sus deshabitados pasos
y se retrata en un rostro
de perpetua sombra.
Siente el cansancio circular
de los órganos
tercamente derrotados;
y la insoportable memoria
y sus compactas fibras.
Sobrevive,
sobremuere;
y en el centro
de lo infinito
se reitera en las cifras
de su propia carne,
y en las longitudes
del reposo
atrozmente fragmentado.
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